Sin lugar a dudas, son tiempos difíciles, por lo menos en mi memoria, de los más duros en mi vida y por supuesto, en los de personas que viven en condiciones realmente más complicadas. Y es justamente en una coyuntura así cuando mejor debemos estar preparados: no solamente con los protocolos de higiene y pasar juiciosos la cuarentena en casa por cuenta del coronavirus, sino atender el presupuesto con algo de cabeza fría y sin las ansiedades que tenemos los seres humanos, que se alborotan ante las posibilidades de menores expectativas de ingresos.
Siguiendo los consejos de expertos en el tema, como son los docentes Edgar Jiménez, coordinador del Laboratorio Financiero de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y de Alejandro Useche, profesor de la facultad de Administración de Empresas de la Universidad del Rosario, les escribo estas reglas de oro, que seguro a muchos les ha de servir en momentos de incertidumbre.
Es importante anotar que estos consejos no aplican a toda la población porque es claro que hay personas más vulnerables que otras a las crisis. Hay una gran masa de personas frente a un escenario más complejo porque se calcula que más de 50% del comercio en el país es informal, sin contar con los trabajadores independientes y emprendedores, así como quienes viven del ‘rebusque’.
- 1. Defina un presupuesto semanal
Es muy importante hacer un diagnóstico financiero en familia (incluso si es una persona sola), a través de un análisis frío y tranquilo para tener en cuenta los activos, las deudas que tenemos y cuáles son los ingresos y gastos proyectados. No se vale tener el presupuesto en la cabeza, hay que tomar un Excel y sacar esas cuentas. - 2. Defina plazos de pago de deudas. También es clave definir los plazos de pago de dichas obligaciones: tener claro que deudas son prioritarias y cuáles se pueden pagar en un mayor plazo.
- 3. Tenga claro cuáles son los gastos prioritarios. Puede sonar básico, pero es necesario mirar en profundidad qué gastos son de supervivencia y cuáles no. Quizá valga depurar aún más la lista de mercado y reemplazar productos importados por los de producción nacional: no sólo le sale más barato porque el dólar anda por las nubes, sino que de paso contribuye a apoyar lo nuestro. Esos pequeños ‘consentimientos’ como la tintura del pelo, ropa nueva o los gastos en gadgets, es mejor dejarlos en remojo. Ojo: y dígale adiós a las compras de miedo (papel higiénico en grandes cantidades ¿les suena?).
- 4. Reserve un porcentaje de recursos para tener en efectivo. Si bien es ahora cuando se imponen las transacciones en línea y los bancos están preparados para enfrentar la crisis, quizá tenga que pedir un domicilio en la tienda de su barrio y muy seguramente el establecimiento no ofrecerá el canal virtual como opción para concretar la venta.
- 5. Olvídese de tomar nuevos préstamos si no es absolutamente necesario. Existe la posibilidad de que un mayor endeudamiento puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Podemos caer en el miedo y entrar en el nerviosismo de llegar a un sobreendeudamiento innecesario.
- 6. No sentirnos solos. Es importante aprovechar las redes de amigos, vecinos, colegas y pedir ayuda cuando sea necesario sin ninguna vergüenza. Sintonizarse con las redes sociales: el estado de ánimo también puede ser más llevadero con compañía…así sea virtual. Usar redes como Wikinice en Facebook suele ser muy útil para vender o conseguir productos y hasta para pedir consejos.
- 7. Mantenerse informado. Siempre busque fuentes oficiales y no rumores difundidos a través de cadenas de Whatsapp para saber de los apoyos que está dando el gobierno nacional e incluso, el sector privado, conocer sobre subsidios, facilidades crediticias en los bancos, mercados y otras ayudas que se ofrecen desde canales digitales y sin salir de casa.
- 8. Adiós a comer fuera de casa, punto a favor. El hecho de que ya no tengamos que ir a la oficina nos ayuda a reducir gastos de transporte y a llevar un mejor presupuesto sobre nuestra alimentación. Muchos de nosotros compramos almuerzos o el cafecito vespertino (los famosos ‘gastos hormiga’) cuando estamos fuera de casa y sin darnos cuenta, nos gastamos un montón de plata. Esto sin contar con las salidas, viajes, seminarios a los que ya no vamos a asistir.
- 9. No desesperarse porque nuestras inversiones van en picada. Tranquilo. Si usted es inversionista en la bolsa de valores, por ejemplo, sería un tremendo error salir a vender sus acciones por la fuerte caída en los precios (no salga a vender como loco, pero si póngase un límite racional de pérdidas). Es difícil soportar pérdidas, pero hay que entender que su horizonte de tiempo es en el largo plazo y también hay que entender que es un ciclo de mercado. Es también una oportunidad para comprar a buenos precios. Asesórese a través de firmas vigiladas por la Superintendencia Financiera y huya de los charlatanes que abundan en redes sociales.
- 10. Sea veedor de la especulación con precios. Si detecta que hay un aprovechamiento y que se suben indiscriminadamente los precios, no dude en recurrir a las autoridades competentes. Y les doy un tip que me funciona: acudo a las redes sociales cuando la empresa en mención no atiende mis solicitudes y copio el post a la Superintendencia de Industria y Comercio. ¡Nunca falla!.
A propósito de este post: escribiré más seguido por acá. Este tiempo de cuarentena me hizo ver la importancia de estar más activa con mis propias bitácoras y redes. Un abrazo y que sobrellevemos esta época con la mejor actitud.